Comenzamos un nuevo año de actividad musical de nuestra querida Banda Sinfónica, cargado de mucha renovación y perseverancia, ya que se están incorporando nuevos integrantes y contamos en nuestras filas con alumnos que están desde la creación y son ellos quienes entusiasman hacia adelante a los más nuevos.
Cuando allá por el 2007 comenzamos no fue concebida solo como una actividad musical de entretenimiento sino como una actividad educativa que utiliza la música y el estudio de un instrumento como medio para transmitir determinados valores humanos.
Hay muchos estudios realizados acerca de los beneficios que esta actividad tiene; comparto un texto que nos da una mirada sobre este tema.
Hacer música nos hace más inteligentes
«La música influye decisivamente
en nuestros pensamientos, en
nuestros sentimientos y en
nuestras creencias.»
La música juega un rol fundamental en el desarrollo de los niños desde las estrofas del primer arrullo. Ella ingresa en sus vidas a través de las experiencias familiares y los medios de comunicación, como parte de los servicios religiosos, durante sus juegos, en las actividades del jardín de infantes y más tarde en la escuela.
Como adición a su enorme valor social, estudios recientes nos indican hoy que la música también reviste una importancia capital en el desarrollo intelectual. Estos estudios muestran como las actividades musicales en la edad temprana afectan la organización del sistema nervioso central, convirtiéndose por ello en una herramienta preciosa para la educación y el desarrollo de los niños.
La música como una experiencia educacional
Si bien las investigaciones han demostrado que ya el sólo hecho de escuchar música afecta la inteligencia humana, los efectos más fuertes de la música provienen de la participación activa en la ejecución musical. Los niños que reciben entrenamiento musical cosecharán beneficios que van más allá de aquellos que podrían encontrar en la simple audición musical.
Es cosa clara que la estimulación cognoscitiva alcanza un alto nivel durante el entrenamiento musical. La instrucción musical o la práctica de la música podría difícilmente calificarse como algo árido o aburrido; es algo divertido, pero especialmente es siempre un desafío para las habilidades cognoscitivas del alumno. Después de todo, un niño trabajando en un problema matemático puede sentarse y reflexionar todo el tiempo necesario antes de decidirse a trabajar con el papel y el lápiz, pero el mismo niño tocando en un banda debe mantenerse atento al grupo y, al mismo tiempo, pensar en prepararse para lo que viene inmediatamente. En ninguna otra materia se requiere que el niño tome cuatro o cinco decisiones por segundo y lo haga durante un largo período de tiempo.
Durante la ejecución musical, los niños deben transformar constantemente sus pensamientos y acciones, y sus estructuras de pensamiento son constantemente revisadas, actualizadas y ajustadas. Esta combinación de constante vigilancia y previsión, combinada con permanentes respuestas físicas, significa una experiencia educacional de valor único.
A la luz de estos hechos, se puede ver fácilmente por qué los niños con entrenamiento musical son capaces de manejarse más fácilmente con materias que son de difícil asimilación. Asimismo, estos niños podrían ser capaces de aprender más fácilmente y guardar información mejor que los niños que no han tenido la oportunidad de participar en la actividad musical.
Además de estos beneficios, el clima social de la instrucción musical esta marcado por la cooperación, cuando en la mayoría de las otras materias la cooperación es totalmente dejada de lado o reemplazada por la competencia.
Sólo a través del trabajo en equipo los estudiantes pueden ejecutar una pieza musical, ellos aprenden que cooperar es un fin en sí mismo que pueden aplicar al cumplimiento de otros objetivos.
Pero debemos ser cuidadosos de no menospreciar la importancia de la música en cuanto a la belleza y los valores que agrega a la vida de los niños. No debemos enrolarlos en la actividad sólo porque está demostrado que ella aumenta su desarrollo cerebral.
No debemos hacer de la música una tarea pesada y obligatoria, ni para nosotros ni para ellos.
Introduciendo a los niños en la música, los ponemos en contacto con sus propios sentimientos. Estando en contacto con sí mismos serán capaces de apreciar la soledad y disfrutar el tiempo que pasen consigo mismos, y experimentarán sentimientos a los cuales no podrían acceder de otra manera y que, sin embargo, son comunes a quienes practican el ejercicio del arte de la música.
Hacer música es divertido, y los niños aman hacer música. Cuando, después de esto, consideremos además los beneficios que ella nos ofrece, agregados a la alegría de hacer música, esto nos dará aún mayores argumentos para que los niños puedan participar de una actividad musical.
Director de Banda Sinfónica
Prof. Hernán Aranda